¿Recuerdas ese episodio legendario de Friends donde Monica le explica a Chandler el mapa de las siete zonas erógenas femeninas? Sí, ese que terminó con un eufórico «¡Siete, siete, siete!», y nos dejó a todos con curiosidad.
Pues bien, prepárate para desempolvar tus conocimientos de anatomía (y de cultura pop) porque vamos a sumergirnos en el mundo de las zonas erógenas.
¿Qué Son Esas Cosas Llamadas Zonas Erógenas?
En pocas palabras, son las áreas de tu cuerpo que se encienden como luces de Navidad cuando las tocas (o te tocan) de cierta manera.
Piensa en ellas como tus botones de placer personal. Y no solo se trata de sentir cosquillas, sino de una explosión de sensaciones que te llevan directito al paraíso del placer.
¿Cuáles son las 7 zonas erógenas de Monica en Friends?
Resulta que Monica no estaba tan perdida con su mapa de siete zonas. La experta en educación sexual, Lola Jean, en entrevista con Bustle, confirmó que en efecto hay siete zonas erógenas, que seguro son a las que se hicieron referencia en el capítulo de nuestra serie favorita:
- Labios
- Cuello
- Lóbulos de las orejas
- Pecho/pezones
- Muslos internos
- Glúteos
- Genitales
Pero ojo, esto no es una talla única. Cada persona es un mundo, y lo que enciende a una puede dejar a otra más fría que la Antártida.
¿Alguna de las zonas anteriores a ti no te provoca nada? No te preocupes. Resulta que todo tu cuerpo es un potencial parque de diversiones erótico, ya que hay zonas llamadas «secundarias» y «terciarias» que también tienen su encanto.
¿Axilas? ¡Claro que sí! ¿Pies? ¡Por supuesto! ¿Detrás de las rodillas? ¡También! Incluso el cuero cabelludo, con todas sus terminaciones nerviosas, puede ser una fuente inesperada de placer, por muy extrañas que te puedan parecer.
¿Cómo descubrir tus zonas erógenas?
Ahora viene la parte divertida: ¡descubrir tus propias zonas erógenas! No hay nada más emocionante que conocer tu cuerpo a fondo y saber exactamente qué te hace vibrar de placer.
Otra experta y coach sexual, Kristin Casey, recomienda hacer un “mapeo corporal”. Esto es lo que debes hacer:
- Conviértete en exploradora: Explora tu cuerpo como si fuera un mapa del tesoro. Usa tus dedos, tus manos, tu boca, ¡lo que se te ocurra!
- Texturas y temperaturas: Juega con diferentes texturas (plumas, seda, hielo) y temperaturas (caliente, frío) para descubrir qué te gusta más.
- Presta atención: ¿Qué sientes? ¿Dónde lo sientes? ¿Cómo reacciona tu cuerpo? ¡Toma notas mentales (o físicas, si te apetece)!
Si tienes pareja, la exploración puede ser aún más divertida, y de hecho es mucho más recomendable hacerlo así.
Hagan un «mapeo corporal» juntos, turnándose para explorar el cuerpo del otro con cariño y curiosidad. Descubrirán nuevos rincones de placer y fortalecerán su intimidad.
Recuerda que tu cuerpo no es un robot, y tu sensibilidad puede cambiar según tu estado de ánimo, ciclo menstrual, nivel de estrés, etc. Lo importante es escuchar a tu cuerpo y disfrutar del viaje de exploración.
Ya sea que te quedes con las siete zonas erógenas clásicas o te aventures a descubrir nuevas, lo importante es que te diviertas y te permitas sentir placer sin límites. ¡Así que adelante, amiga, a explorar tu propio mapa del tesoro erótico! ¡Te aseguro que te sorprenderás de lo que puedes encontrar!
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