En la primera década de los dosmiles, muchos de nosotros descubrimos Death Note, un anime que no solo inspiró cosplays, también nos hizo reflexionar sobre lo que haríamos si pudiéramos acabar con los delincuentes sin arriesgar la vida.
Quienes crecimos en un entorno conflictivo y lleno de violencia, en algún momento deseamos volvernos justicieros y anotar más de un nombre en la libreta de Ryuk, pensando que con ello podríamos obtener tranquilidad, y no debemos sentirnos culpables por esto, pues hay una explicación para ello.
¿Qué es un justiciero?
El término justiciero, en el Diccionario de la Real Academia Española, simplemente habla de alguien ‘que observa y hace observar estrictamente la justicia’; sin embargo, este término se queda corto para lo que intento abordar. Por esta razón, considero que «vigilante», en su expresión inglesa, describe mucho mejor el punto.
Un vigilante, definido por el Oxford English Dictionary, es ‘un individuo o miembro de un grupo que se encarga de emprender el cumplimiento de la ley sin autoridad legal’, esto significa que actúa bajo su propia brújula moral y acorde a sus creencias o vivencias.
Las motivaciones de los justicieros: ¿Qué lleva a alguien a convertirse en Kira?
Tomar justicia por propia mano no es una idea que aparece de la nada y tampoco es algo nuevo, de hecho, existen varias investigaciones donde se analiza cuáles son las motivaciones de quienes deciden tomar este camino.
Para este artículo tomaremos los hallazgos de Fan Xuan Chen, Ekin Ok y Karl Aquino, miembros de la Universidad de Illinois y de la Universidad de British Columbia, quienes en 2022 publicaron el estudio titulado ‘Suffering Saviors: Relationships between Perceptions of Interpersonal Victimhood, the Vigilante Identity, and the Monitoring and Punishment of Norm Violators‘.
En dicho análisis, los autores realizaron cuatro pruebas a grupos de control, donde los expusieron a distintas situaciones con una ruptura de reglas para determinar su predisposición a actuar como vigilantes.
Lo que encontraron es muy interesante y hasta perturbador, pues reportaron algunas situaciones peculiares con las que probablemente te sentirás identificado.
En primer lugar, descubrieron que la mentalidad de justiciero era más fuerte en quienes se autopercibían como víctimas, lo cual hacía que dieran un seguimiento férreo a casos donde se sentían identificados, ya fuera por tener una situación similar cerca o por haberla vivido en carne propia.
Esto corrobora que, si has experimentado algún escenario donde se ha roto la ley o una norma para afectarte, serás más propenso a buscar una sanción para los infractores de casos similares.
Otro hallazgo importante es que las personas con una marcada identidad de justicieros eran más severas con los castigos y, es por esta razón, que usar una Death Note no parecía una mala idea para muchos de nosotros en nuestra adolescencia.
¿Qué ocurre en la mente de un justiciero?
Aunque la idea de un justiciero nos remite mayormente a una persona que va por el mundo castigando criminales, en realidad puede implicar actos tan sencillos como exponer a alguien en redes sociales o compartir una publicación de denuncia.
Estas acciones no tienen un peso legal y regularmente, apoyamos a los denunciantes en redes sociales porque “solo nos cuesta un segundo compartir”, pero rara vez nos detenemos a pensar el porqué lo hacemos con tanta soltura y si podríamos «quemar» de igual forma a alguien cercano a nosotros.
A lo largo de la historia, la psicología ha abordado distintas posibles explicaciones sobre el porqué los seres humanos podemos causar daño a nuestros semejantes con relativa facilidad en ciertos escenarios, y una de las aproximaciones tiene que ver con un proceso de justificación al convertir los actos dañinos en morales.
En el estudio titulado ‘Mechanisms of Moral Disengagement in the Exercise of Moral Agency’, publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, Vol 71, los autores exponen que los perpetradores de un acto nocivo se pueden desvincular de ciertas conductas perjudiciales vinculando sus actos a propósitos dignos.
Esto significa que una persona con mentalidad de justiciero puede cambiar la percepción de sus actos bajo el entendido de que, con sus acciones, traerá un bien mayor a sí mismo o a su entorno.
Con este punto se pueden explicar cosas tan atroces como genocidios y crímenes de odio, pero centrarnos en estos casos derivaría en una tesis, y esto no es la universidad.
Si volvemos a Death Note, recordarás que Kira comienza a deshacerse de los criminales bajo el entendido de que está ayudando al mundo, y sí, muchos le creímos y nos olvidamos por completo de que el sujeto estaba matando personas.
Todos somos Kira
Como puedes ver, también nosotros, como espectadores, hicimos este cambio de switch moral y no solo apoyamos a Yagami Light, deseamos ser él en más de una ocasión.
Es demasiado arriesgado plantear que todos tenemos un Kira en potencia creciendo dentro de nosotros, pero puedo asegurar que muchos nos hemos identificado como víctimas en algún momento, ya sea por sufrir bullying, por un asalto o por acoso, y si volvemos al planteamiento inicial de la mentalidad del justiciero, hay un poco de ello en nuestra mente.
Basta con ver los tan sonados casos de linchamientos o golpizas a delincuentes, como el ya clásico ‘Venías muy león’, donde un asaltante recibe una paliza de parte de las víctimas, quienes aprovechan un error del maleante para impartir su propia justicia.
Este video es perfecto para ilustrar todo lo que ya planteamos en este artículo, ya que vemos el momento justo en que los afectados superan el miedo y las barreras morales para ejercer justicia por propia mano.
El clip en cuestión aparece en múltiples cuentas de redes sociales, donde cuenta con millones de visitas y múltiples comentarios que, por sí mismos, también son reveladores.
Si revisas las opiniones de los usuarios, verás que casi todos son de apoyo, como si tuvieran la sensación de que el infractor recibió algo que merecía, sin importar que saliera lastimado, ya que, para ellos, la violencia ejercida tenía una justificación.
¿El fracaso en las leyes crea justicieros?
Una vez planteado todo lo anterior, podemos entender el porqué muchos de nosotros apoyaríamos a Kira o lo seríamos si tuviéramos oportunidad, pues vivimos en entornos donde nos sentimos constantemente como víctimas, principalmente por la falta de confianza en las instituciones encargadas de aplicar la ley.
En 2007, Alejandro Álvarez, quien entonces se desempeñaba como Asesor en Reforma del Sector de Justicia y Seguridad para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), publicó un artículo revelador en la Revista Sistemas Judiciales.
Este escrito, titulado ‘El estado de la seguridad en América Latina’, ofrece un panorama general de la violencia que se vive en la región, haciendo énfasis en la percepción de los habitantes y la capacidad del gobierno para brindar seguridad ciudadana. Como te imaginarás, las cosas ya pintaban mal.
Los gobiernos han delegado en la policía su responsabilidad como autoridad de toda política pública, lo que provocó que las fuerzas policiales definan la intervención de las fuerzas de seguridad conforme a sus propias prioridades corporativas y su tipo de enfoque del problema.
Es demasiado arriesgado decir que estas condiciones sociales y políticas crean justicieros, puesto que haría falta hacer una investigación mucho más profunda para averiguarlo, pero lo planteado anteriormente deja ver que tenemos un potencial caldo de cultivo para ello.
Sin duda, el fenómeno de los vigilantes merece un acercamiento mucho más profundo y multidisciplinario, sobre todo cuando muchos de nosotros somos una especie de Kira que castiga a su forma sin darnos cuenta de ello.
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