Mario Vargas Llosa, uno de los gigantes de la literatura en lengua española, nos dejó el pasado 13 de abril de 2025. Su legado abarca novelas monumentales, ensayos incisivos y reflexiones políticas que cruzaron décadas y continentes. Sin embargo, una de sus últimas incursiones literarias —el cuento «Los Vientos», publicado en 2023— dejó en claro algo más: una profunda inquietud, cuando no desconfianza, frente a la inteligencia artificial.
En ese relato breve y simbólico, el Nobel peruano retrata una sociedad distópica controlada por sistemas automatizados, donde la subjetividad humana se diluye entre algoritmos que vigilan, predicen y moldean el comportamiento social. Es una obra que condensa muchos de los temores contemporáneos en torno a la IA: la pérdida del libre albedrío, el vaciamiento emocional, la tiranía del dato.

Pero ¿era justa su mirada? ¿Acertó Vargas Llosa al advertirnos del peligro o, como ha ocurrido con otras grandes transformaciones históricas, estamos exagerando sus efectos negativos? En este artículo exploramos la visión crítica que tuvo Vargas Llosa sobre la inteligencia artificial, cómo se plasmó en su obra y por qué —en algunos aspectos— podría haber estado equivocado.
Mario Vargas Llosa frente a la inteligencia artificial
Mario Vargas Llosa siempre fue un humanista. Su fe estaba puesta en el pensamiento crítico, la libertad individual, la belleza del lenguaje y la complejidad de la experiencia humana. Por ello, su escepticismo frente a las máquinas pensantes no debe sorprendernos. Como otros intelectuales de su generación, veía con recelo la idea de que algo artificial pudiera reemplazar la creatividad, la intuición o la emoción genuina.
En entrevistas recientes antes de su muerte, llegó a expresar su temor de que los algoritmos no solo estuvieran desplazando a los escritores, sino también homogeneizando el pensamiento, reduciendo el debate cultural a respuestas automatizadas, previsibles y desprovistas de riesgo.
Pero fue en «Los Vientos», una fábula cargada de crítica, donde su escepticismo se volvió alegoría.
«Los Vientos»: un cuento contra el control digital
Resumen del relato
En Los Vientos, Vargas Llosa describe una ciudad donde el clima, el comportamiento social e incluso las emociones están regulados por una IA omnipresente llamada “La Estación”. El protagonista, un hombre común, se rebela contra esta hiperorganización, anhelando recuperar la incertidumbre de la vida real, los errores, las pasiones… incluso el caos.
La historia es breve, pero potente. Muestra un mundo aparentemente perfecto, donde no existe violencia, ni pobreza, ni dolor; sin embargo, la gente vive en una especie de anestesia emocional. Lo espontáneo ha desaparecido. El amor es programado. El arte es producido por máquinas. El pensamiento crítico, desestimado por “ineficiente”.
Un alegato por la imperfección humana
A través del relato, Vargas Llosa parece lanzar una advertencia: en la búsqueda de la perfección, podríamos perder aquello que nos hace humanos. Para él, la literatura, el amor, el arte o la política solo tienen sentido, en tanto existan la duda, la contradicción, el azar y el error.
Desde esta perspectiva, la IA representa una amenaza ontológica, no solo práctica. No teme que ChatGPT escriba una novela. Teme que, al hacerlo, los humanos dejemos de intentarlo.
Inteligencia artificial y creatividad: ¿reemplazo o colaboración?
El miedo al reemplazo
Muchos comparten la visión de Mario Vargas Llosa sobre la inteligencia artificial. En campos como el arte, la educación o el periodismo, la IA ha comenzado a ocupar roles tradicionalmente humanos. Existen ya herramientas que escriben textos, generan imágenes, componen música e incluso elaboran guiones de cine. Para algunos, esto marca el inicio de una era de desempleo creativo y pérdida de autenticidad cultural.
Pero ¿es esta la única forma de mirar el fenómeno?
Una nueva era de colaboración hombre-máquina
La historia demuestra que cada revolución tecnológica fue recibida con temor antes de ser aprovechada. Desde la imprenta hasta Internet, las innovaciones causaron alarma por su potencial disruptivo, pero finalmente expandieron nuestras capacidades. La inteligencia artificial no tiene por qué ser la excepción.
Hoy existen múltiples ejemplos de colaboración fructífera entre humanos y máquinas. Escritores que utilizan IA para mejorar sus borradores. Artistas que generan conceptos visuales con ayuda de algoritmos. Investigadores que analizan datos masivos con mayor rapidez gracias al machine learning. En lugar de suplantar, la IA puede potenciar el trabajo humano.

Por eso decimos que Vargas Llosa podría haber estado equivocado. No por subestimar los riesgos, sino por no prever la posibilidad de una convivencia enriquecedora entre inteligencia humana y artificial.
El legado humanista frente al futuro digital
¿Qué nos enseñó Vargas Llosa que sigue vigente?
Aunque cuestionemos su visión sobre la IA, hay algo indiscutible: la defensa que hizo Vargas Llosa de la literatura, la libertad y el pensamiento individual es más necesaria que nunca. En un mundo inundado de automatismos y algoritmos, mantener el espíritu crítico vivo es fundamental.
«Los Vientos» no debe ser leído como una condena definitiva a la tecnología, sino como una advertencia ética. Nos pide cuidar el alma humana frente al canto de sirena de la eficiencia absoluta. Nos recuerda que el valor de la vida no reside en su control, sino en su capacidad de sorprendernos.
¿Y si reescribimos la historia?
Tal vez, si Vargas Llosa hubiera vivido más años, habría sido testigo de proyectos artísticos genuinos nacidos de la sinergia entre escritores y máquinas. Tal vez habría visto que una IA no puede, por ahora, sentir, pero sí puede provocar sentimientos, lo cual no es poca cosa.
No lo sabremos. Pero sí podemos hacerle justicia entendiendo sus miedos, valorando su crítica y, al mismo tiempo, reimaginando lo que significa crear en la era digital.
FAQs: Lo que todos se preguntan sobre Vargas Llosa y la IA
¿Mario Vargas Llosa usó inteligencia artificial en su obra?
No. Hasta donde se sabe, Vargas Llosa nunca utilizó herramientas de inteligencia artificial para crear sus obras. Su estilo se mantuvo fiel a una narrativa tradicional, centrada en la psicología de los personajes, los conflictos sociales y el lenguaje literario. En varias entrevistas expresó reservas frente a las nuevas tecnologías aplicadas al arte.
¿Qué quiso decir Vargas Llosa con Los Vientos?
Los Vientos es un cuento alegórico que denuncia los riesgos de una sociedad dominada por la inteligencia artificial y el control total. Es una crítica a la pérdida de humanidad, espontaneidad y libertad en un mundo supuestamente perfecto. Aunque no menciona la IA explícitamente en cada línea, es claro que el relato apunta a esa dirección.
¿Podría la IA escribir como Vargas Llosa?
La IA puede imitar el estilo de Vargas Llosa, replicar sus estructuras narrativas y simular su tono, pero no puede reemplazar la experiencia vital, el contexto cultural ni la intención emocional que dio forma a su obra. La literatura es más que técnica; es vida traducida en palabras. La IA puede ayudar, pero aún no puede vivir para escribir.
En definitiva, Mario Vargas Llosa no fue un entusiasta de la inteligencia artificial. Su escepticismo —plasmado de forma brillante en Los Vientos— nos sirve hoy como advertencia, pero también como punto de partida para una reflexión más amplia. Porque si algo nos enseñó él, es a no conformarnos con respuestas fáciles. Tal vez se equivocó al ver solo el lado oscuro de la IA. Tal vez, como tantas veces en la historia, lo que parecía una amenaza acabe siendo una oportunidad. Lo importante es que, como él, no dejemos de cuestionar, imaginar y escribir nuestro propio futuro.
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